Fernando Arrabal desde París, junto al cielo
NORMA NIURKA
Especial/El Nuevo Herald de Miami
Difícil tarea ésta de correr tras Fernando Arrabal por el mundo, buscando su palabra siempre sorprendentemente fresca. Eso sí, correos electrónicos van y vienen, a cual más simpático, alegre y exótico, que confieren al entrevistado una cualidad de duende saltarín. Queda una sensación de vértigo cuando uno recibe su saludo regocijante o una advertencia: ''Estoy dando vueltas como una peonza, sin tiempo ni para estornudar'', o la despedida en su correo: ``Arrabal de París y junto al cielo''.
Pero uno conoce su obra y milagros y sabe que es poeta (Dalí, Picasso y Magritte ilustraron algunos de sus poemarios), ensayista, dramaturgo (más de 100 obras publicadas), novelista (su décimocuarta novela, Como un paraíso de locos, fue publicada recientemente por Editorial B, de Barcelona) y cineasta (siete largometrajes de culto).
Nació en Melilla en 1932, creció en Ciudad Rodrigo, estudió en Madrid. En 1953 escribió su primera obra teatral, El triciclo (montada en España cinco años después); y en 1955 marchó para siempre (jamás) a París, donde ha
desarrollado su excepcional carrera literaria y teatral, en lengua francesa.
En la década de 1960 saltó del surrealismo al 'pánico' y, junto a Alexander Jodorowski, rindió culto al Dios Pan. Dejó en veremos todos los esquemas para irse a encontrar con su yo platónico que aún no debe haber en-
contrado.
Estremeció los escenarios, con desesperación a ratos, a veces con violencia (Fando y Lis, Oración, Picnic en el campo de batalla, El gran ceremonial, El jardín de las Delicias, El arquitecto y el emperador de Asiria, etc.) y sigue haciéndolo. Niño terrible de todas las décadas, se ha enfrentado a dictaduras y censuras, y ha mostrado su independencia en memorables cartas dirigidas a Francisco Franco, Joseph Stalin y Fidel Castro. Otra misiva más reciente, Carta de Amor, mereció el Premio Nacional de Literatura.
Pese a él mismo, ya es un clásico, como indica la publicación de dos volúmenes de su teatro completo en la Colección Clásicos Castellanos, de Espasa. Es imposible enumerar sus muchos galardones. Citemos sólo el Gran Premio de Teatro de la Academia Francesa, los Nadal y Nabokov de novela; el Prix Pasolini de cine, otorgado este año en París; y el Premio de Honor Max, de la Sociedad General de Autores, de España (SGAE), que recibió el mes pasado en Bilbao.
Mañana arribará a esta ciudad invitado por el Miami Dade College para ofrecer una charla el sábado 28 en el Recinto Norte de ese plantel. Antes de subir al avión, Arrabal nos envía, para hacer boca, un modificado cuestionario, con esta indicación: ``Mis respuestas al cuestionario de Proust, en julio de 2007, pensando en mi próxima llegada a Miami (s.D.Q)''.
¿Qué pensaría el niño que usted fue si le viera el día 23 de este mes en Miami?
Si sólo me viera es posible que pensara: ''Qué buenas migas haría este señor conmigo y con la Madre Mercedes'' [la mujer que me enseñó a leer, escribir y amar]. Pero también hay alguna posibilidad de que, horrorizado por la imposibilidad de revivir, se inventara uno de sus dichos, que aún no se conocían por ''arrabalesco'': ``Nunca segundos viernes fueron jueves''.
¿Cuál es el mayor logro de su vida?
Obviamente estaría por venir 'si Pan quiere'. O más rotundamente `si Dios quiere'.
¿El mayor fracaso?
Lo fraguo caso por paso. Y ¿también? ¿estaría por venir?
¿Qué le da por hacer?
Ser.
Defina la felicidad.
Dad. Si existiera la felicidad, ¿hay mejor calidad para alcanzarla que la generosidad? La santidad civil es mi sueño por ahora desgraciadamente inalcanzable.
¿Un personaje histórico con el que le hubiera gustado pasar una tarde en aquel café surrealista de París (presidido por Breton y Magritte) que usted frecuentó asiduamente en los años 60?
Con el Atila enamorado del final de su vida. Con el Stalin adolescente y fervoroso seminarista de Tiflis. Con Bennie Levy deslumbrado por la bondad. Con la niña Teresa de Avila cuando quiso
desterrarse.
¿Un período que le hubiera gustado vivir?
El big-bang. Aunque me parezca tan difícil de vivir fuera de la época actual.
¿A quién idolatra?
A mi padre (mártir y santo), a Topor, a Marcel Duchamp o a Beckett (q.e.p.d.): todos los días que pasan añoro sus presencias. Y hoy a Lis, Kundera, Lelia, Houellebecq, Samuel, Louise Bourgeois, y un etcétera gigantesco.
Si tuviera poder ilimitado, ¿qué es lo primero que haría?
Limitarlo, por lo menos.
¿Quién le hubiera gustado ser?
¿Cómo decirle modestamente: ''Fernando Arrabal''? Soy una ''instalación'' que representa como ninguna (pero únicamente para mí) el ser aquí y hoy.
¿Una obra de arte que considera fundamental e imprescindible?
Para mí obviamente la mía.
¿El poder tiene sexo? ¿El sexo poder?
¡Joder! ¡Qué lata! ¿'Quousque tandem'? ¿Cree que no nos hacen sufrir suficientemente estos groseros
mellizos?
¿Cuál es la mayor extravagancia que ha cometido?
Desgraciadamente creo que siempre he vagado en el exterior o en el margen. Pero (como el personaje de mi novela Como un paraíso de locos) espero llegar a ser como todos.
¿Una comida?
El plato que hicieron para mí las personas que dijeron que me querían en mi primera infancia.
¿Un deseo? El aseo espiritual.
La cualidad que deseo enun hombre: La veracidad (el mayor talento).
La cualidad que deseo en una mujer: La veracidad (el mayor encanto)
Lo que más aprecio en mis amigos: La bondad
Mi sueño de felicidad: Nunca soñé con ella. Colecciono las bien llamadas en castellano 'pesadillas' [en inglés son terribles yeguas nocturnas]. A Proust le hubiera dicho: ``Si existiera la felicidad, ¿Habría mejor calidad para alcanzarla que la generosidad?''.
El país donde desearía vivir: No veo otro lugar hoy y ahora que París: es decir donde habitan la mayoría de los seres a los que quiero.
Mi color favorito: Depende. Ni de niño me resigné (como mis compañeros) a ser 'para siempre' hincha de un solo color, o de un equipo de fútbol, o de una formación política.
La flor que más me gusta: Con Dalí me gustaba el nardo y en Ciudad Rodrigo el pensamiento; pero mis gustos siempre están sujetos a caprichos. La preferencia (imprevisible) por una flor dentro de un instante también será hija de la circunstancia.
El pájaro que prefiero: Qué suerte tenía Proust: no parece que le atormentara ni la ambigüedad ni el principio de indeterminación.
Mis autores favoritos en prosa: Hay tan pocos que sólo fueron prosistas. Me encanta la precisión de Baltasar Gracián o del ajedrecista Gata Kamski, o del filósofo Eittgenstein o la de mis amigos Kundera, Lis y Houellebecq, o la de un inolvidable y anónimo jugador de dominó de la Calle Ocho.
Mis poetas preferidos: Hay poemas que trotan en mi cabeza. Algunos no sé de quienes son. Otros muy célebres los leo sin comprenderlos. Releo a menudo a Teresa de Avila, Juan de la Cruz, Arthur Rimbaud, Fernández Molina, Charles Baudelaire mis entrañables.
Mis héroes de ficción: Algunos santos. Algunos enamorados.
Mis heroínas de ficción: Algunas santas. Algunas enamoradas.
Mis compositores favoritos: Hoy son dos: Little Richard y Bach.
Mis pintores preferidos: Actualmente sigo pensando, como casi siempre a lo largo de mi vida, que son El Greco y Julio Romero de Torres.
Mis héroes en la vida real: Los que desertan la heroicidad para practicar humildemente el don de sí.
Lo que más detesto: La mentira y quizás también sus retoños: la informalidad y la impuntualidad.
Figuras históricas que más detesto: Los tiranos-titanes del siglo XX, que ambicionaron la bestialidad criminal de crear un hombre nuevo.
El hecho militar que más admiro: Ninguno admiro aunque alguna gesta numantina llega a encandilarme. Quizás pueda admirar la
deserción de Cervantes en la batalla de Lepanto.
Cómo me gustaría morir: Dormido y antes de las personas a quienes quiero.
Estado actual de mi ánimo: Como siempre: incapaz de dominar el caos y la confusión.
Faltas que me inspiran más indulgencia: La falta de talento me inspira una forma de envidia.
Mi lema: Cambia por minutos, en este instante me siento tan creador que mi lema sería: ``Juego a ser Dios y a veces lo consigo''.•
nniurkaa@aol.com
Fernando Arrabal ofrecerá una conferencia el sábado 28 de julio, a las 6 pm, en el Joan Lehman Theatre del Recinto Norte del Miami Dade College, 11380 NW 27 Ave. Room 5120. A las 8:30 p.m. se presenta en el mismo local un programa de tres obras cortas de su autoría, dirigido por Max Ferrá, con los alumnos de su taller